martes, 16 de octubre de 2012

Adolescentes, Solidaridad y Servicio

Una joven abre su corazón. Se entrega. Comparte sentimientos, sensaciones. Recuerda, vuelve a pasar por su corazón y se emociona. Nos habla de niños Wichí con quienes compartió 2 semanas, en una experiencia de Solidaridad y Servicio en el Impenetrable Chaqueño.

Tiene 16 años. Su mamá dudó si dejarla participar de la experiencia. Sabía que era muy fuerte, porque ella va todos los años. Aún así, tomaron (las dos) el riesgo. "Lloré todos los días", nos contó. La pobreza y la ignorancia la conmovieron. "Los nenes me pedían si quería ser su hermana".

Pero volvió más fuerte, con ganas de regresar. De hacer más. De comprometerse. Y nos contagió. Así como dice Galeano, su fuego arde como aquellos que lo hacen "con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.

Gracias Rochi, por tu entusiasmo. Por transmitirnos tu espíritu. Por emocionarnos y animarnos a comprometernos aún más en la tarea.

Para creer en los jóvenes. En la fuerza de sus convicciones. Y que si se les da espacio, son capaces de generar milagros.