Hoy me puse
a charlar con dos alumnas de 6to. De esas charlas que (esta vez sin mate en mano)
salen de vaya a saber uno dónde. Fue bucear un ratito en dos corazones grandes,
a los cuales la vida no le pasa por al lado. Ser de verdad es una preocupación,
como también encontrarse con lo mejor de uno y salir a navegar con las
convicciones propias.
En estas
épocas, encontrar dos corazones apasionados, desafiantes y en búsquedas
honestas es un aire fresco que me recuerda por qué elegí ser catequista.
Dios les dé
siempre fortaleza para ser ustedes mismas, y la Buena Madre acompañe sus
búsquedas.
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