"Debes Amar el tiempo de los intentos,
debes Amar la hora que nunca brilla..."
debes Amar la hora que nunca brilla..."
Estos tiempos intermedios, donde parece
que algunas cosas no tienen tanto sentido, donde la rutina nos saca las
ganas... desvían nuestra atención de nuestros sueños. Por eso es importante
volver a enfocar, volver a pasar esos sueños por el corazón. Ahí es donde
recobramos la fuerza, y la rutina se vuelve liturgia. Donde estas horas de
intentos, horas que no brillan comienzan a hacernos sonreír. Y en la sonrisa
comienza a despejarse el cielo y se vislumbra el horizonte.
Volvé a los sueños. Que aquello que te hace
sonreír anime las brasas de tu corazón, para que puedas ponerle ganas y fuerzas
a aquello por lo que estás peleando.
Y que los miedos, esos enemigos de la
felicidad, vayan siendo ganados por la Esperanza.
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