lunes, 30 de agosto de 2010

Un mar de fueguitos.

El  Proyecto Solidario de Integración Cultural con la Comunidad Wichí de Misión Nueva Pompeya nació de los corazones de un grupo de jóvenes. Y latió al ritmo de ellos. Fue emocionante verlos trabajar y buscar los caminos para que el encuentro se produjera. Aún con las dificultades del idioma, lograron descubrir que el Amor es el lenguaje universal. Y todavía hoy siguen hablando ese idioma. Porque los proyectos no cesan. Porque parte de sus corazones han quedado allá, y se han traído parte de los corazones de un pueblo que se abrió al encuentro.
Estos jóvenes tienen alas. Se han animado a volar. Y remontando vuelo, nos animan también a nosotros a vivir experiencias que nacen de sus sueños, y alimentan los nuestros. A volar juntos, y re descubrir que vale la pena luchar por un mundo mejor, más justo y solidario.
“Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso. Reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.
“El mundo”. Eduardo Galeano. "El libro de los abrazos"
Gracias, chicos, por reavivar mi llama.
Guille León.
Cartel colgado en la Escuela Intercultural Bilingüe Cacique Francisco Supaz.

martes, 30 de marzo de 2010

El tesoro de los jóvenes

Frente a la verdad de los jóvenes, nuestras seguridades se desnudan hasta dejarnos indefensos. Basta escucharlos… o dejarlos hablar. Su corazón abierto semeja al tesoro escondido del que hablaba Jesús. Hoy puedo confirmar con más seguridad que nunca que abrir ese cofre, nos puede ayudar a descubrir cosas hermosas…

Pero tiene un precio. Ese cofre guarda también angustias, dolores, heridas. Si queremos el tesoro, lo tenemos que tomar con todo lo demás. Aún con lo que eso genere en nosotros. Casi diría que es la contraseña, la clave para abrir el cofre. La llave mágica. Sin no nos animamos a TODO el contenido, entonces no hay nada.

En lo personal, en este momento desearía poder tomar todo ese dolor y acariciarlo, y no decir nada... sencillamente hacerlo mío un ratito y que los ayude a liberarse…

Esto puede generar un encuentro de Catequesis. Hoy lo viví. Y no es nuevo. Hoy tuvo una fuerza demoledora. Los descubrimientos me dejaron también en carne viva.

Pero al mismo tiempo con una sensación de Plenitud que sólo Jesús hablando por medio de los jóvenes puede lograr.

Gracias R, M y A… y en ellas a todo el grupo que con sus aportes y su respeto me ayudó hoy a cuestionarme y a crecer.