martes, 8 de septiembre de 2015

Fiesta del Alma


Vasijas de Barro. Dejarnos interpelar por nuestras propias fragilidades. Y asumiendo nuestra debilidad, dejar entrar al otro a casa. Sentir que somos uno; que aunque la vida nos haya sentado en distintos barrios, siempre hay un mate que genera el encuentro.

Hoy unos chicos de 1ro me vinieron a hacer una entrevista sobre el CEC San Marcelino. Qué casualidad, ¿no? Vi cómo se iban entusiasmando, y una pregunta llevaba a la otra generando un diálogo generoso y vital. Cuando uno deja entrar al otro a casa, siempre nos modifica. Nos ayuda a descubrirnos. No importa cuánto nos preparemos, siempre terminamos mostrándonos desnudos ante el otro. Porque los corazones se buscan, y no se quedan tranquilos hasta que se muestran tal como son.

Hogar, acogida, fuego, calor, misterio. Encuentro que enciende el alma y nos descubre realidades. Hoy más que nunca, entretejidos en un Aguayo que libera el corazón y nos hermana. Y nos permite vivir una Fiesta del Alma.

“Vamos a poner de Fiesta el Alma,
que es hermoso lo que falta
todavía por andar”


lunes, 7 de septiembre de 2015

Bailar la Vida

Hoy me tocó estar con una alumna cuya alma vibraba sueños, pero que su entorno sumía en nubes que no le permitían vislumbrar el horizonte. Fue un día de abrazar, llorar juntos, animar, y luego emocionarme por tanta vida que quiere ser vivida.

Todo día tiene su maravilla. A veces viene de la mano del dolor. Pero cuando lo que pasa lo miramos con esperanza, podemos contagiar, emocionarnos juntos y bailar la vida.

Que de eso se trata. Bailar la vida. Nunca solos.

domingo, 19 de abril de 2015

Abrazados por un mismo fuego:

Les comparto esta reflexión que no escribí yo. Lo hizo un amigo muy querido, que en sus 18 años está haciendo de su vida un abrir puertas para dejar que el misterio lo sorprenda. Hermoso viaje. Cuánto crecimiento.

"Ese fuego que te envuelve y te lleva hacia tierras tan lejanas como cotidianas, que hace que dejes la puerta de tu corazón abierta, que te invita a confiar en tu misterio, a tener la mirada atenta, a brillar con luz propia, a reconocerte en los otros, a ver en un niño esos ojos de cielo que te borran el mundo. Ese fuego que convierte a un desconocido en alguien en quién apoyarte, que arde tan fuerte que es imposible ver una injusticia sin querer hacer algo, que te hace descubrirte y descubrir a quienes te rodean, que no te deja dormir sin pensar en que vas a hacer mañana, que genera vínculos irrompibles que dejaran por siempre huellas en tu corazón, que te hace ir hacia esa verdad fulera para mostrar que hay algo más, que forma comunidad...Un fuego que nos invita a compartir, a reír, a bancar...a vivir. ¿Acaso no se trata de eso el amor?"

Thom Lahitte 18/4/15. 16 años de la Canonización de San Marcelino Champagnat.

sábado, 11 de abril de 2015

Saborear el encuentro


Es necesaria la sed de Dios, para salir a su encuentro. Quien no necesita, no busca. Como hombres que somos, nos surgen situaciones, oportunidades de quitar el velo y descubrir. Pero tiene que haber una semilla. O la tierra tiene que estar removida. El corazón debe estar preparado para la búsqueda. Dispuesto a un camino largo, y que no tiene fin. Que se recorre por el placer mismo de esa búsqueda, saboreando cada momento de encuentro. Encuentros que suelen ser fugaces, pero plenos de significado. En esa fugacidad está la clave: un instante, un flash que nos despierta la conciencia, y luego el tiempo para tamizar, para desgranar, para descubrir significados alimentando el alma para continuar el camino.